Pedro Guerra: "La gente cree que es más libre, y está más presa que nunca"

  • "El ser humano cada vez es más ser y menos humano".
Entrevista a Pedro Guerra
Entrevista a Pedro Guerra
EUROPA PRESS
Entrevista a Pedro Guerra

Vuelve el artista canario, Pedreo Guerra, con su primer disco Golosinas (Sony), que ha reeditado con las colaboraciones de Pablo López, Rozalén, Vanesa Martín y Juanes.

Han pasado 25 años de aquel álbum que lo llevó directo al éxito y aunque su mirada a su trayectoria es buena no lo es tanto cuando lo que se mira es el mundo que hemos acabado creando.

¿El balance cuando revisa?

Bueno. Yo cuando llegué a Madrid e hice mi primer disco, este que ahora saco, Golosinas, llevaba ya diez años cantando en Canarias. Son 35 años de carrera y pasaron tantas cosas y tan buenas que no recuerdo ninguna muy mala.

Alguna mala habrá...

Claro y como todo desde 2008 hemos sufrido la crisis y hemos visto cómo el trabajo se mermaba y había menos, pero aún así yo siempre estuve. No he tenido que dejar de cantar ni de hacer discos ni de trabajar. Y esto sería la parte mala, pero lo demás sería muy bueno desde el primer disco a hoy.

¿El mejor momento?

El primer año y medio que viví en Libertad 8. Desde que llegué a Madrid comencé a cantar allí hasta sacar el disco, y ese tiempo fue increíble. Esa época es sobre la que estoy haciendo revival. No sólo estoy reeditando el disco sino que estoy recordando aquel momento. Allí había un ambiente tremendo, un público maravilloso. Esa época fue muy hermosa. Y cuando en el 94 Ana Belén y Víctor Manuel cantaron el Contamíname fue maravilloso para mí. Y así te podría contar cosas buenas de casi todos los discos.

¿Esperaba vivir de la música?

Ni esperaba eso ni que cuando pisé Madrid iba a estar en el Libertad 8. Ni siquiera eso. Venía con la idea cantar pero la velocidad con que sucedió: en un mes y medio llenare Libertad, en dos o tres meses esta compañía ya vino el presidente a verme cantar y todo eso fueron sorpresas. Yo vine a probar y todo lo que vino después no lo esperaba. Yo pensaba que sería poco a poco.

Las colaboraciones, ¿difícil elegirlas?

Yo he colaborado mucho, casi con todos los artistas que he querido y admirado. Lo que ocurre es que como íbamos a reeditar Golosinas remasterizándolo. Se trataba de añadir algo novedoso, y quería trabajar con artistas que no había trabajado antes. Y en algunos casos, como el de Vanesa Martín o Pablo López, a los que admiro pero que no son de mi estilo musical. Para mí por encima de los estilos están las canciones.

Y la letra, ¿no?

Por supuesto y la letra. Son grandes compositores y con ellos igual es más interesante ver qué hacemos Pablo López y yo. Y elegí a Rozalén, que es verdad que es más cercana a mi estilo, pero no habíamos hecho nada juntos y quería. Y Juanes, Vanesa y Pablo López porque me encantan y no había trabajado con ellos.

¿Alguna vez ha tenido que decir no a algo?

No, en realidad no recuerdo que me hayan propuesto grabar algo y yo haya tenido que decir que no. La gente sabe perfectamente la música que hago. Desde el punto de vista artístico no he tenido que decir nunca que no. Siempre lo he cuidado también.

¿Muy fiel a su música pase lo que pase?

Sí, fui muy cuidadoso con eso. Hay cosas que no voy a hacer, pero tampoco me las han propuesto y mejor, porque para mí sería un apuro tener que decir que no.

¿Qué no haría nunca?

Artísticamente no lo sé. Pero hay programas o situaciones mediáticas que no me gustarían, porque no van conmigo. Diría que no a algo que me resulte muy grotesca o un estilo de música...

Pregunta a la inversa: ¿qué sí haría?, ¿qué le gustaría?

Se me ha resistido más la parte de Brasil y yo tengo mucha influencia de por ejemplo Caetano Veloso y no he podido colaborar mucho con ellos. Con Caetano me encantaría, siempre quise hacerlo y no surgió,

Hemos hecho balance de su música, pero si lo hacemos de cómo ha sido este tiempo socialmente, el sabor igual es un poco más amargo, ¿no?

Sí, todas las épocas tienen sus lados buenos y malos, pero es verdad que ha habido un cambio tan grande del mundo en los noventa a ahora. No había móviles, internet, redes sociales...

No había miedo a perder el trabajo...

Sí, pero es que tecnológicamente esas tres cosas han cambiado mucho el mundo, los hábitos de consumo de la música. La crisis de 2008 lo ha cambiado todo y el mundo es terriblemente diferente. Vivimos en un mundo confuso. Las redes, por ejemplo, que podrían ser algo bueno y potente se están convirtiendo en un espacio...

Como la televisión, que también podía haber sido un elemento bueno y potente...

Claro, todas esas cosas podrían servir para bien pero en la mayoría de los casos están sirviendo para mal. La crisis nos ha golpeado muy duro.

¿Qué canción suya pondría para resumir su sentimiento con la música? La canción que más le define y le sigue definiendo...

Pues yo creo que Contamíname me define bastante. Al margen de ser la más conocida por la temática: es una canción que habla del mestizaje, un tema que escribí hace 25 años y que lamentablemente sigue siendo actual y cada vez más. Esa canción me define mi estilo musical. La otra que elegiría sería El marido de la peluquera. Si tuvieras que poner una canción a alguien para decirle este es Pedro Guerra: cualquiera de los dos.

Tras esa imagen suya de tranquilidad casi eterna, ¿qué le saca de sus casillas?

Mi manera de expresar mi rabia son calmadas, y lo estoy puliendo. Estoy empezando a aprender a cabrearme. Hay muchas cosas que me sacan de quicio y que me indignan. No soy de manifestarlo con hostilidad o violencia o violentar. Por ejemplo este auge de la ultraderecha y persecución de los inmigrantes toda la manipulación que se está haciendo con los inmigrantes. Todo eso me resulta indignante, está basado en falsedades. Me indigna y cabrea mucho que el ser humano cada vez sea más ser y menos humano.

Si miráramos el mundo con un prisma más humano...

Hay cosas que si las miráramos sólo desde el punto de vista humano tendría una solución mucho más rápida. Se ha abandonado la compasión, la empatía...

Y en la música ¿qué le indigna?

Por ejemplo no sé si tanto como que me indigna, pero si yo pienso en cómo era el mundo de la música en los años noventa, cuando saqué Golosinas y lo miro ahora cómo hemos perdido unos hábitos de consumo que eran muy buenos, uno se compraba un disco... Lo escuchabas entero, lo disfrutabas.

Ahorrábamos para un disco.

Y eso lo hemos suprimido y cambiado por el consumo de canciones aisladas, que tienen una vida muy corta, duran un mes o dos a lo sumo. Dentro de dos meses es vieja, y entonces ponme una nueva. Pero si una canción es vieja en dos meses las mías que tienen 25 años, ¿qué son?

Bueno, aquí está el álbum...

Pero es muy triste cómo la gente cree que tiene un grado de libertad muy grande, cuando la realidad es que la gente es muy poco libre. Porque si tú escuchas la música que una det emisora de radio tu libertad está siendo mermada, no tienes posibilidad de acceder a otras cosas para poder elegir.

¿Nos lo dan hecho?

Sí, la elección ya te viene dada. Tú crees que eres libre pero estás completamente preso. Eso me entristece y me indigna un poco, que hayamos construido un mundo en el que la gente cree que es más libre que nunca cuando en realidad está más presa que nunca. No hace falta ponerle cadenas a la gente, ya la gente se las pone sola. Hemos llegado a una sociedad donde no tienes que hacer nada, porque la gente se pone las cadenas. Y me da pena la gente joven, que vive en el mundo de las mil oportunidades pero no, nada, qué va.

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